Según algunas hipótesis parece ser que los niños comprenden el lenguaje con anterioridad a que sean capaces de emitirlo, aunque son hipótesis difícil de comprobar.
Los bebés manifiestan desde los primeros meses de vida un alto grado de comprensión (diferencian voces familiares, responden positivamente a los tonos afectivos y agradables, aunque estos vayan acompañados de mensajes negativos…) mientras que su expresión se limita a algunos sonidos inarticulados, gorgojeos, etc.
A continuación algunas pautas orientativas pero no olvidemos que cada niño/a tiene su ritmo y obtiene sus conquistas a su tiempo, estas pautas sirven para dar una noción aproximada.
De 0 a 1 año.
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Durante este primer año sus reacciones son reflejas.
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Identifica su nombre.
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Conocimiento global de su cuerpo y de algunos objetos comunes.
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Llantos, gorgoteos, sílabas, balbuceo espontáneo, aparecen sus primeras palabras.
De 1 a 2 años.
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Amplia su vocabulario y con ello evoluciona su comprensión.
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Conoce las partes de su cuerpo, animales,
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Comprende órdenes sencillas.
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Palabra-frase. Etapa de la jerga infantil acompañada de gestos. Interjecciones.
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Menor progreso que en la comprensión.
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Generaliza el uso de determinadas palabras.
De los 2 a 3 años.
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Comprende órdenes con diferentes verbos.
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Aumento de vocabulario comprensivo
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Inicia el uso de modos y tiempos verbales en frases simples. Usa artículos, pronombres, adverbios, verbos…
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Verbaliza experiencias que vive.
De los 3 a 4 años.
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Inicia la comprensión de plurales.
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Importante ampliación del vocabulario.
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Evolución de la comprensión ¿dónde, para qué…?
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Usa oraciones compuestas y complejas.
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Habla sin cesar.
De los 4 a 6 años.
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Buena comprensión Describe, establece diferencias, semejanzas…
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Habla con abundante lenguaje, correctas entonaciones su lenguaje es muy parecido al del adulto.