APRENDEMOS EN FUNCIÓN DE CÓMO NOS VINCULAMOS
Existe una relación de la Teoría del Apego de
Bowlby con el aprendizaje, destacando la necesidad de contar con una base segura para poder aprender.
El proceso de desarrollo se nutre de la necesidad de movimiento y exploración, e la capacidad innata del niño de procesar e integrar información de tipo cognitivo y emocional, y del cuidado, el afecto y la estimulación de los adultos.
La mayoría de los niños/as se adaptan a los cambios, como por ejemplo el comienzo en la escuela y aprovechan enseguida lo que ésta le ofrece y ponen en marcha el proceso de aprendizaje. Pero algunos no pueden afrontar esta adaptación y a pesar de contar con las capacidades adecuadas y presentan dificultades de aprendizaje, les cuesta controlar la impulsividad, relacionarse con sus iguales, aceptar los límites y tolerar la frustración de no saber, mantener el interés durante la exploración, buscar estrategias, tener cierta autonomía…
¿Hasta qué punto la ansiedad y las preocupaciones del niño/a interfieren en el aprendizaje?
Para entender y ayudar al niño/a, habrá que tener en cuenta:
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Los niños/as tienen una historia de relaciones y aprendizajes, unas expectativas familiares e individuales y unas capacidades y aptitudes para incorporar y procesar la información determinadas.
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Las dificultades de aprendizaje o de comportamiento deberían ser entendidas como síntomas de inseguridades.